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Foto: María José Bernárdez Gómez Foto: María José Bernárdez Gómez Foto: Alejandro Navares Martín

Escombrera de una mina de lapis specularis

Mina (H.III-6) Complejo Minero de “Los Espejos” en Huete (Cuenca)

Placa de lapis specularis (yeso espejuelo)

 Mina “Elpozolacueva” (T-1), Complejo Minero de “Torralba” (Cuenca)

Módulo cuadrangular de lapis specularis

 Excavaciones arqueológicas de Osa de la Vega (Cuenca)

Acumulación de recortes y restos de espejuelo procesado, acumulado en una escombrera a boca de mina en el complejo minero de “Los Espejos” en Huete. La escombrera de estériles presenta una potencia estratigráfica superior a los tres metros de ancho y es producto de las piezas desechadas y sobrantes.

Placa de lapis specularis en el interior de la mina principal de Torralba. En la placa se pueden apreciar perfectamente, las huellas de incisión de un puntero romano como prueba del instrumental empleado en la explotación de la mina. Los cristales de Torralba, suelen ser de un tamaño respetable aunque de inferior calidad por sus impurezas a otros minados del distrito minero romano de lapis specularis.

Crusta o Módulo de formato cuadrangular (20 x 20 cm) hallado durante la excavación del centro de procesamiento “A”, inmediato a la mina (OV-I-3) en la localidad de Osa de la Vega (Cuenca). Las placas de forma cuadrangular, eran ideales para su aplicación como acristalamiento a la hora de poder ensamblarlas (incrustatio o interraso), a modo de vidrieras en bastidores de madera, enrejados metálicos, celosías cerámicas o en piedra que hacían las veces de ventana.

Foto: Alejandro Navares Martín Foto: Alejandro Navares Martín Foto: David Teno Cabanillas

Crustae rectangulares de lapis specularis

Excavaciones arqueológicas de Osa de la Vega (Cuenca)

Módulos cuadrados y romboédricos de lapis specularis

Excavaciones arqueológicas de Osa de la Vega (Cuenca)

Recorte serrado de una placa de lapis specularis

Mina (HPC-5) Complejo minero de “Huete-Palomares del Campo” (Cuenca)

El módulo rectangular es el más frecuente entre los restos y testimonios proporcionados por ahora en la investigación de las minas. En algunos de los módulos, se pueden ver las señales de trazadores que marcan y perfilan las placas mediante el uso de plantillas diseñadas con las que dar la forma requerida para el corte y diseño de las placas de lapis specularis.

Los crustae, son planchas de material lapídeo de diversas formas y tamaños; en los textos clásicos se asocian sobretodo a la decoración parietal arquitectónica, aunque también, como en el caso del lapis specularis, podían tener uso a modo de pavimenta.

 

Los módulos simples de lapis specularis suelen ser de formato cuadrado o rectangular, aunque también se hicieron con la ayuda de las plantillas, módulos más complejos como los romboédricos y hexagonales, e incluso complicadas y caprichosas formas figuradas o de forma vegetal para ensamblar las placas de espejuelo en decoraciones parietales (sectile), y  en otros usos decorativos y estéticos aprovechando la transparencia y el reflejo lumínico que proporcionaba el cristal de yeso al incidir sobre el mismo una fuente lumínica.

Las placas de lapis specularis se podían cortar con serrucho tanto en el interior de la mina durante su extracción, como una vez sacadas a superficie, en el proceso para darles la forma y diseño requeridos. Las placas, se apoyaban en bancos de trabajo, donde los dientes del serrucho han dejado una clara señal de corte de 45º, muy similar a la marca de una tabla de madera cortada de igual forma.

 En una fase posterior, en las placas comerciales, se lijaban los cantos tanto para quitar la huella del serrucho, como para mejorar el ensamblaje y acople de las placas en los bastidores y soportes donde éstas iban embutidas.

 

Foto: Juan Carlos Guisado di Monti Foto: Juan Carlos Guisado di Monti Foto: María José Bernárdez Gómez

Vaciado en la roca caja tras la extracción del lapis specularis

Mina (H.I-10) Complejo minero de “La Mudarra” Huete (Cuenca)

Cajeado de una placa de lapis specularis

Mina “La Quebrada” (CP.VA-1). Complejo minero de “Campos del Paraíso- Valparaíso” (Cuenca)

Veta de cristales de yeso

Mina “Máximo Parrilla” (H.SR-7) Complejo minero de “Huete-Saceda del Río” (Cuenca)

Las placas de lapis specularis se cajeaban in situ en la propia mina, de manera que de la masa cristalina se podía ir exfoliando siguiendo sus planos naturales para ir sacando lajas de mayor o menor tamaño que luego se procesarían en el exterior.

En la imagen pueden verse en la roca caja o matriz que hace de ganga del espejuelo, unas líneas horizontales producto del crecimiento geológico de los cristales durante su formación  y de la señal que ha ido dejando su extracción por parte de los romanos al ir fileteando capas de espejuelo una tras otra en su beneficio.

Para la extracción de los cristales de yeso, con el puntero se cajean las placas de espejuelo en formas rectangulares o cuadrangulares para extraer bloques de este formato que luego obtendrán su forma definitiva tras su elaboración y una vez aplicadas las plantillas de diseño.

 El cajeado es una operación que requiere paciencia y la aplicación de cierta destreza que impida romper la pieza. En la imagen podemos ver que las formas geométricas elegidas se ajustan al tamaño y a la formación del cristal de yeso.

 

Veta de cristal de yeso especular en un estrato geológico mezclado con arcillas y en donde los cristales presentan forma de agujas y crecimientos divergentes.

Aunque esta mena de espejuelo no fuera aprovechable comercialmente, los mineros romanos trabajaron en su seguimiento bajo tierra en la búsqueda de bolsadas que cumplieran sus expectativas y que tuvieran las características apropiadas de explotación.

 
Foto: Juan Carlos Guisado di Monti Foto: Javier Morales Orozco Foto: Alejandro Navares Martín

Cristal de lapis specularis

Mina “La Quebrada” (CP.VA-1). Complejo minero de “Campos del Paraíso- Valparaíso” (Cuenca)

Cristal de lapis specularis

Mina “La Mora Encantada”   (TR-1).  Complejo minero de “Torrejoncillo del Rey” (Cuenca)

Restos óseos concrecionados

Mina “El Ranal” (HPC-5). Complejo minero de “Huete-Palomares del Campo” (Cuenca)

La piedra especular, no es otra que el mineral de yeso o aljez (sulfato cálcico dihidratado), en su forma cristalina. En época romana este yeso cristalizado sería denominado y conocido como lapis specularis o piedra especular, un elemento lapídeo habitual en la vida cotidiana romana y un recurso constructivo ampliamente valorado, acreditado y mencionado en las fuentes literarias y textos por los autores clásicos del periodo, del que tenemos numerosas referencias y noticias escritas tanto de su funcionalidad como de sus usos y empleos.

 

El lapis specularis conocido vulgar y actualmente como espejuelo o espejillo, es un yeso selenítico de cristales gran tamaño (hasta un metro y medio), claridad cristalina y llanura perfecta. Este yeso cristalizado, se encuentra bajo tierra en formaciones geológicas de grandes masas transparentes de desigual potencia; su estructura laminar posibilita, tras su extracción subterránea, la exfoliación de las placas de yeso en láminas diáfanas y planas.

 

Los restos óseos encontrados dentro de la minas de lapis specularis se encuentran concrecionados por el sulfato cálcico del yeso, de manera que estos tienen un aspecto petrificado o de apariencia fósil.

A tal respecto, el naturalista romano Plinio el Viejo, testifica en sus escritos sobre las minas de lapis specularis - Historia Natural XXXVI – 161: “...la humedad de la tierra, a causa de ciertas emanaciones, se endurece y petrifica en forma de cristales, puesto que, cuando los animales de aquellos parajes caen en los pozos mencionados, las médulas de sus huesos, después de un sólo invierno toman el aspecto de aquellas misma piedra.

 

Foto: María José Bernárdez Gómez Foto: María Salán Asensio Foto: Excavaciones de Pompeya
Verja de hierro romana

Verja de hierro con aspas de “La Casa de los Plintos” en Uxama - Argaela (Burgo de Osma – Soria)

Placa de speculum

Placa de yeso espejuelo del yacimiento arqueológico de Carranque (Toledo)

Láminas de lapis specularis

Tres láminas de yeso espejuelo procedentes de  Pompeya (Italia)

El lapis specularis, en época romana se destinó, una vez manufacturado, a aplicaciones y utilizaciones sobre todo arquitectónicas, entre cuyos usos el más demandado sería su empleo como acristalamiento transparente, a modo de cristal de ventana para cubrir vanos y ventanales. Estos vanos y ventanales se cerraban con bastidores de madera o verjas de hierro donde se insertaban los módulos de lapis specularis.

En el yacimiento celtibero-romano de Uxama Argaela en Burgo de Osma, en la llamada “Casa de Los Plintos”, aparecieron dos verjas de hierro en cuyos ángulos se fijaron unas aspas cuya finalidad no era otra que sujetar el imbricado de las láminas de espejuelo para protegerse del clima y que estas permitieran pasar la luz con que iluminar la vivienda.

 

Entre las evidencias arqueológicas del lapis specularis en yacimientos de Hispania, en el yacimiento toledano de Carranque y más concretamente en su Basílica (fechable en el siglo IV d.C.), se hallaron dos placas de espejuelo de 22 x 17 cm y de 18 x 24 cm. La cronología tan tardía del uso de speculum debe quizá entenderse como aprovechamientos poco rentables aunque suficientes en una producción testimonial, residual y autárquica de la minería del lapis specularis. La explotación de esta época sería de una minería de circunstancia, a expensas de las monteras y restos de filones ya explotados y muy alejada de la concepción industrial del periodo Imperial.

La aparición de piezas de lapis specularis en yacimientos como Pompeya, testifican su uso en época romana. En concreto, las láminas aparecidas durante la excavación arqueológica en la Casa de Marco Lucrecio, comúnmente denominada la “Casa de los Músicos”, fueron encontradas en cantidades importantes tanto de manera fragmentada, como en grandes láminas que cumplían la función de ventanas de la casa.

Sobre las láminas,  Plinio el Viejo manifiesta lo siguiente - Historia Natural XXXVI – 160: “...la especular, a la que también se califica como piedra, tiene unas características que permiten cortarla con mayor facilidad en láminas todo lo finas que se quiera”.